La
Certificación de Eficiencia Energética (CEE)
de un edificio es el proceso por el que se verifica la conformidad de la
calificación energética obtenida con el edificio existente y que conduce a la
expedición del certificado de eficiencia energética existente.
Los
técnicos supervisan aquellos elementos que más afectan a la eficiencia: todos
los que tienen que ver con la energía, calefacción, agua caliente sanitaria,
iluminación, aire acondicionado, tipo de cocina, además de los elementos
'envolventes', como ventanas, puertas, chimeneas, muros, tejados, suelo,
paredes, forjados. Con esta información junto con la información proporcionada
por el propietario de la casa como el registro catastral, el Técnico
Certificador Homologado puede emitir el Certificado de Eficiencia Energética.
La
Etiqueta Energética es similar a la que se utiliza
en los electrodomésticos, con un código de color y una letra que va de la "A"
(la más eficiente) a la "G" (la menos eficiente) en
función de las emisiones de carbono por metros cuadrados de vivienda.
No obstante, no será obligatorio tener una calificación mínima
para poder vender o alquiler el inmueble. Esta etiqueta tiene validez de 10 años.
Además
del estudio para obtener el certificado, cada vivienda analizada recibirá una
serie de recomendaciones de mejora que permitirán aumentar al menos un
nivel en la escala de eficiencia energética si la calificación es B o C, o dos
cuando la vivienda originalmente cuenta con una calificación D, E, F o G.
Si
su posible inquilino o comprador de la vivienda duda entre dos pisos similares,
seguramente se decidan por la vivienda que tenga menor gasto de energía, lo que
le supondrá un ahorro de costes a futuro.