Una
Smart City o ciudad inteligente, es una ciudad comprometida con su entorno, con
elementos arquitectónicos de vanguardia y donde las infraestructuras están
dotadas de las soluciones tecnológicas más avanzadas para facilitar la
interacción del ciudadano con los elementos urbanos, haciendo su vida más
fácil. El entorno hace referencia tanto a los aspectos medioambientales, como a
los elementos culturales o históricos. Un planteamiento como el descrito exige a
aquellas ciudades que aspiren a ser consideradas como “inteligentes” a renovar
y mejorar constantemente las soluciones tecnológicas aplicadas, con el fin de
mejorar la eficiencia de sus procesos y la calidad de vida de su entorno.
El planteamiento de mejora de la
eficiencia energética no han de contemplarse los edificios como entes aislados,
tomando las medidas necesarias para desarrollar infraestructuras urbanas de
calefacción y refrigeración eficientes, adaptadas al desarrollo de
cogeneración de alta eficiencia y a la utilización de calor y frío
procedente de calor residual y de fuentes de energía renovables.
Vauban (Friburgo) es un
ejemplo de planificación urbana sostenible, donde la participación
ciudadana, la eficiencia energética y la ausencia de coches convierten a este
barrio a escasos kilómetros del centro de Friburgo en el modelo de referencia
mundial en la planificación de barrios nuevos. Más allá del uso de nuevas
tecnologías, estos criterios “smart” están demostrando que la vida urbana
también puede ser de otra manera.
El
nuevo barrio se asienta en la antigua base militar nazi ocupada por el ejército
francés desde el final de la segunda guerra mundial hasta 1992. En ese momento la ciudad adquiere los
terrenos y comienza la planificación de lo que debía ser un nuevo barrio
residencial. Se lleva a cabo de una forma participativa integrando agentes
legales, políticos, sociales y económicos.
Se Se ha desarrollado un concepto
ecológico de tráfico y movilidad, se ha reducido el número de vehículos
privados, estacionándose en la periferia del barrio. ¿Cómo se consigue? Mediante
un fantástico sistema de transporte público, con tranvías y autobuses que
conectan fácilmente con el centro de la ciudad. Gracias a este, las calles y
las zonas públicas se han convertido en parques de recreo para los niños y en
lugares de relación social.
El barrio cuenta con los servicios
básicos ; una escuela primaria, varias guarderías, un mercado de
agricultores y una cooperativa alimentaria, tiendas variadas y un centro
comunitario que alberga diversas asociaciones y clubes. Los habitantes han
comenzado numerosos proyectos, creándose puestos de trabajo a los que se
puede ir andando o en bicicleta.
El agua de lluvia se recoge de forma
separativa para su uso en las viviendas o para que pueda ser reabsorbida
por el terreno, y se ha desarrollado un nuevo concepto de saneamiento que
utiliza cisternas de vacío.
Energéticamente, consta de una planta
de cogeneración de alta eficacia que utiliza astillas de madera como
combustible y que está conectada a la red general de calefacción. El número
de instalaciones solares (colectores solares y células fotovoltaicas) crece de
forma contínua. El 65% de la electricidad utilizada en Vauban se genera de
forma local a trabés de la CHP y de las células fotovoltaicas.
Actualmente viven más de 5.300
personas, la mayoría familias jóvenes con niños, con el objetivo de vivir en un
área urbana pero con calidad de vida. ¿A quién no le gustaría vivir en un
barrio así? Pues estamos más cerca de lo que nos imaginamos....
A Coruña está presente en el marco de
un proyecto tecnológico para incluirla dentro de la red de las ciudades “Smart
Cities”. Smar City Coruña se plasmará en seis ejes: medio ambiente-
control de aire, ruido, saneamiento y residuos, energía, movilidad urbana,
sanidad y seguridad, turismo y ocio, y administración electrónica, aplicando
así las nuevas tecnologías a los servicios públicos de una forma coherente,
global y con una visión integradora de ciudad. Esperemos que no se desaproveche
esta gran oportunidad.